lunes, 3 de mayo de 2010

Bomba Estéreo



Bomba Estéreo
Bogotá, Colombia
David Oropeza García

Con motivo de la vigésimo sexta edición del Festival de México (FMX), la agrupación colombiana, Bomba Estéreo mostró su acto en vivo.  Simón Mejía, Liliana Saumet, Diego Cadavid, Kike Egurrola y Julian Salazar presentaron una fusión de géneros que puso a bailar a más de uno.  De las texturas de la música electrónica a los ritmos de la música tropical colombiana, pasando por el rock, el hip hop y el reggae.
            Desde 2005 Simón Mejía y DJ Fresh tenían un proyecto de música electrónica que se transformó en una banda al incorporarse Liliana Saumet, quien imprimió un estilo particular uniendo el rap y el canto tradicional del caribe.  Con dos discos (Volumen 1 y Estalla o Blow Up en su versión para el extranjero) estos colombianos han participado en festivales de buena talla y hasta en el soundtrack de un juego de video (FIFA 10).
          En una para Indie Rocks, Liliana relata su experiencia con la banda. Como primer tópico se le pidió una opinión acerca del panorama actual de la música alternativa en América Latina y de manera más particular, en Colombia.
            Apuntala las nuevas tecnologías como una herramienta de difusión y menciona a las redes sociales como un elemento clave para dar a conocer nuevos proyectos.  También aclaró que gracias a las fiestas y otros eventos en donde la música juega un papel preponderante, los DJ’s pinchan el material de artistas relativamente nuevos, creando una plataforma extra.
            Al preguntarle cuál era la intención de fusionar géneros contemporáneos con música folclórica, aclara que esta se dio de manera orgánica y gracias a las influencias de cada integrante, “todos escuchamos y crecimos escuchando géneros tradicionales, sin embargo, cada uno tiene sus gustos, por eso la inclusión del rock, rap y la electrónica en nuestro sonido” sostiene Liliana. Sin embargo, no son los primeros ni los últimos en recurrir a las amalgamas, de hecho, en Colombia existen varios exponentes que emplean ese elemento, inclusive algunos cuentan con más trayectoria.
“Sidestepper es un referente común cuando se habla de este tipo de música, ¿puedes mencionar algunas diferencias entre el sonido de Bomba Estéreo y el de bandas similares? “La particularidad reside en nuestra forma de ser contestatarios, la temática de las letras, y el explosivo acto en vivo; nuestra música puede bailarse pero no deja de lado el mensaje". 
Por otra parte, el proceso creativo es conjunto y no requiere de fórmulas, aunque confiesa que de manera frecuente Simón se encarga de la melodía, y ella escribe la mayor parte de las letras, de modo indistinto pueden elaborar un riff  o loop y después añadir una letra, “No tenemos una receta”, aclara la vocalista.
Bajo este panorama se le pide hacer una retrospectiva y que describa cómo ha evolucionado el sonido de la banda. Después de una pausa para reflexionar, agrega, “Gracias a los viajes, los festivales y las experiencias que te deja el extranjero, tu percepción va cambiando, y eso se ve reflejado en tu trabajo”. Y es que Bomba Estéreo ha hecho presentaciones en diferentes países, desde Japón hasta Brasil, contando con una participación en LAMC (Latin Alternative Music Conference), evento de gran proyección en la ciudad de Nueva York.
Estos colombianos también han compartido el escenario con Calle 13 y con sus paisanos de La 33, que también se presentaron en el FMX. Así llega el momento de preguntar con qué bandas mexicanas les gustaría alternar, sin pensarlo mucho, Liliana manifiesta su agrado por el colectivo Nortec y por los regios de Kinky; dos agrupaciones que recurren a exaltar música folclórica mexicana con otros estilos contemporáneos.
                  Es alentador saber que no sólo los problemas que genera el crimen organizado vinculan a México con Colombia,  también se pueden equiparar aspectos positivos como la música y otras expresiones que forman la cultura de estas dos naciones. La cumbia, el bullerengue, la champeta, la tambora y la banda sinaloense, fueron reinterpretados en el FMX cuando Tijuana SoundMachine y Bomba Estéreo lanzaron la bomba de fusión que dejó al público debastado después de tanto bailar.

miércoles, 28 de abril de 2010

De 15 en 15


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“Por su seguridad mantenga la calma, el evento comenzará en 15 minutos.” Esta fue la petición que se hizo después de una hora y media de retraso. La gente se mostraba impaciente ante la falta de seriedad por parte de los organizadores del concierto de Arctic Monkeys.
Indiscutible, cuando pagas por un boleto esperas que el espectáculo empiece a la hora fijada en él, por mucho, media hora más tarde. Cuando llegué a la explanada del Estadio Azteca noté un montón de caras largas, escuché rechiflas y demasiados comentarios enardecidos. No era para menos, ya que desde su debut la banda cuenta con muchos seguidores en el país.
La gente que tenía boleto para la sección preferente tuvo que esperar mucho tiempo antes de entrar, la fila era enorme y nadie revisó las entradas, en consecuencia, hubo muchos colados y el sobrecupo en la “privilegiada” zona no tardó en suceder.  El público se amontonaba y quedaba presionado contra la valla de seguridad, al poco tiempo salió alguien del staff a pedir que se hicieran para atrás, imposible ir contra la física. Minutos después “elementos de seguridad” salieron a poner orden, tampoco lograron mucho.
Apagadas las luces Alex Turner, frontman de la banda, agradeció por la paciencia y comenzaron con “Dance Little Liar”. Se les notaba poco animados, posiblemente a raíz del retraso. Sin embargo, hubo momentos altos, “I Bet You Look Good on the Dancefloor”, “Brainstorm”, “When The Sun Goes Down”, “Flourescent Adolescent”, causaron gran emoción, y una buena respuesta ante la impaciente audiencia que después de todo cantó y bailó los éxitos de la banda. 
En el comunicado oficial de Ache Producciones se ha difundido que el grupo abridor, Sleepy Sun, ofrecerá un concierto gratuito con fecha y hora que confirmarán después. A su vez justifican el aplazamiento debido a la mala operación del proveedor de barricadas; argumentan que fue un gran setlist el que ejecutó la agrupación y que no hubo problemas con el audio y el video durante el show.
En lo que a mi concierne, es responsabilidad de los organizadores prever y proveer las medidas de seguridad adecuadas ante un performance de esa magnitud. Intuyo que no es proporcionalmente justo esperar dos horas o más y recibir a cambio una hora de actuación. Finalmente el audio tuvo fallas, hacía falta volumen y en cuanto al video la pantalla del lado derecho (de frente al escenario) dejó de funcionar varios minutos.
Al final, las mismas caras largas, los comentarios enardecidos, y un sentimiento de decepción ante una pésima organización y una actuación que pudo haber dado más. 

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Reseña, Röyksopp Vive Cuervo Salón (Hongo de euforia)





Algunos esperábamos su visita desde el lanzamiento del primer álbum, pensabamos que Sonofilia 2009 lo haría posible pero fue la capital la que los recibió con una excelente entrada. Tal vez éste sea uno de los textos más complicados de escribir, ya que soy fiel seguidor de su música. Aún así trataré de transmitir lo que vi antes, durante y después de su presentación.
Faltando diez minutos para las nueve de la noche llegué al Vive Cuervo Salón (odio ese decirle así, me gustaba más el entrañable nombre de Salón 21) y pude notar que ya habían muchas personas esperando entrar o preguntando por el risible precio de la reventa que iba de los 2 mil a los 3 mil pesos. Mi nombre estaba apuntado en una lista de invitados y/o ganadores de entradas para el concierto. Logré pasar sin complicaciones y pensé en mi fortuna al haberme ganado los últimos boletos que dieron en Ibero 90.9
Ya dentro del salón algunas personas estaban decididas a obtener un buen lugar para ver el espectáculo, se dirigían a la pista para adentrarse lo más posible y así conseguir el sitio adecuado; otros nos encontrábamos dispersos en los alrededores viendo las playeras o comprando una cerveza para calentar motores. Después de los DJ’s las luces se apagaron y Tobjorn Brundtland y Svein Berge aparecieron en el escenario. “Röyksopp Forever” fue la primera melodía, abrieron con algo tranquilo para dar paso a “This Must Be It”, que explotó la emoción de muchos asistentes que brincaban, bailaban y coreaban junto con Anneli Drecker, actriz paisana del dueto y vocalista del grupo Bel Canto.
Siguió “Remind Me” (Someone Else’s Radio Remix) que se encuentra en el single de la misma canción, una versión más movida que la original, dejando ver que la música que tocarían llevaría esta tónica bailable. “Happy Up Here” llenó de alegría a todos, incluidos quienes recién conocen a este dueto, ya que fue el primer track del disco Junior que sonó en la radio. Así continuaron con temas pertenecientes al álbum antes mencionado, la ansiosa “Tricky Tricky”, la calmada “You Don´t A Clue”, donde la teatralidad de Anneli fue evidente; cada verso cantado también fue actuado. Dando paso a la imperiosa ejecución de “Alpha Male”, una de mis favoritas del álbum The Understanding.
Svein se convirtió en un robot rojo que tocó y cantó al lado de Drecker, “The Girl And The Robot”, fue de las más aclamadas. Retrocedieron en el tiempo y llegó el turno de “Eple”, la nostalgia afloró, los rostros se iluminaron y los gritos al unísono se transformaron en saltos frenéticos que dejaron sin aire los pulmones de más de uno. Concluida esta canción los ánimos se calmaron y los músicos hicieron gala de la habilidad –de la que antes ya había hablado- de manipular nuestro sentir. Una versión de “What Else Is There” más tranquila y ambiental que la original fue prueba de ello.
No sólo las caras de la asistencia expresaban felicidad, también las que estaban arriba del escenario. En varias ocasiones Brundtland y Berge se mostraron emocionados, el “calor escandinavo” se hizo sentir en repetidas ocasiones ya fuera porque Tobjorn gritara “chingón” y agradeciera en español o porque Svein bajara a cantar y bailar con los afortunados cercanos a la valla de seguridad.
Las canciones siguieron y “Only This Moment” fue la última antes del primer encore. La sorpresa de la noche llegó, Svein Berge preguntó si reconocíamos lo que tocó en los drumpads. Sonaba a hip hop, dijo que irían al inicio y pronto nos dejamos llevar por el primer track del álbum debut de este dueto, “So Easy” causó sorpresa y fue coreada con gusto por la audiencia. Durante la pausa escuché clamores, algunos insistían gritando “otra, otra”, varios más vitoreaban “Röyksopp” y hubo quienes gritamos “Poor Leno”, ¡deseo concedido! La euforia nos invadió y me entregué al oscilar de la masa, grité como en pocos conciertos y levanté los puños en señal de agradecimiento. Aún siento esa emoción al momento de escribirlo…
De nuevo calma, un respiro después del implacable baile que ocasionó la petición. El segundo encore trajo “Fat Burner”, que conserva una estructura parecida a “Alpha Male”, de hecho comenzó con una secuencia lenta que fue aumentando de velocidad para hacernos mover los pies casi por inercia, el mismo efecto que causó la canción antes mencionada.
Lanzada la última bomba el “hongo de humo” se despidió aventando algo de la parafernalia que usaron durante el show. Cesó la música y la gente se veía feliz y cansada, se escuchaban palabras y frases como, "increíble", "me encantó", "se pasaron de ¡$••”%", mismas que tal vez sean insuficientes y que usaré para describir uno de mis mejores conciertos del año. Espero que el complemento y antónimo de Junior tenga gira y visite México.


lunes, 23 de noviembre de 2009

The most seren republic "And the ever expanding universe"




The Most Serene Republic

And The Ever Expanding Universe

Arts and Crafts

The Most Seren Republic, banda canadiense formada en 2003, integrada por siete jóvenes multiinstrumentistas nos presenta su cuarta producción editada por Arts & Crafts. Se trata de una colección de once buenas canciones producidas por Dave Newfeld (Super Furry Animals, Los Campesinos, Chikita Violenta) que proponen, arriesgan y transmiten. Melodías pop con arreglos originales y estructuras acompañadas por instrumentos poco convencionales en la música contemporánea, como el trombón, el violín o el banjo. El track "Bubble Reputation " abre el disco provocando tensión y curiosidad dejándonos expectantes, "Heavens to purgatory", es relajada y nos adentra en el sonido medular del disco, para así continuar con una serie melodías agradables y buenas armonías vocales en las siguientes canciones hasta sorprendernos con el complejo tema instrumental, "Patternicity", en cual incorporan toda clase de instrumentos acústicos, dejando claro que son grandes músicos con capacidad de hacer piezas épicas con excelentes dinámicas. Ya hacia el final del disco, hacen muestra de que también saben usar bien los sintetizadores con la canción, "Don't Hold Back, Feel a Little longer", cerrando contundentemente con el inolvidable hook de piano en, "No One Likes a Nihilist”.
Descubrí a estos chicos con el video del sencillo que están promoviendo actualmente,"Heavens to purgatory", del cual cabe destacar que hay dos versiones: una es la historia de varios chavillos incomprendidos (uno de ellos con un extraordinario parecido a Cepillín) y la otra muestra torsos que tocan instrumentos, cabezas que cantan, manos que aplauden y piernas que tocan el bombo o los contras, toda esta anatomía interactuando en una sala. Debo confesar que este último es mi favorito. En resumen una buena banda con un disco altamente recomendable que les gustará si son adeptos a bandas como Flaming lips, Arcade Fire, The bird and the bee o Little Joy.
Los tracks recomendados son: “Bubble Reputation”, “Heavens to Purgatory”, “Vessels of a Donor Look”, “Patternicity”, “Don't Hold Back, Feel a Little Longer” y “No One Likes a Nihilist".



martes, 10 de noviembre de 2009

Lo gourmet de la música en México: Paté de Fuá


La banda mexicana promete sorpresas durante el cierre de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil en el Cenart el próximo 16 de noviembre a las 14:30 horas




Escuchar a Paté de Fuá siempre es una fiesta para los sentidos, donde su música nos transporta a otra época, a tiempos con atmósferas circenses y de cantina con decenas de borrachos llorando por un amor perdido.
Ver a Paté de Fuá es presenciar un desfile de sombreros y barbas, de verdadera pasión por la música y de bailar sin despegar los ojos de Yayo González, el vocalista, o de “Luri” Molina, el contrabajista apodado Pelvis Presley, que al tocar parece que le hace el amor a su instrumento de tanto que lo disfruta.
Ya son cuatro las veces que veo a esta banda mexicana y ninguna me ha decepcionado. Confieso que la ocasión que tocaron en el Antiguo Palacio del Arzobispado ha sido mi favorita, pero sólo porque suelo tener predilección por los conciertos pequeños e íntimos, donde la banda tiene más oportunidad de conectarse con su audiencia.
Este domingo 8 de noviembre me sorprendió ver que el público de Paté de Fuá es copioso y heterogéneo. Aunque la mayoría somos jóvenes, también abunda gente de cuarenta y más, y lo más emocionante: niños.
Pequeños que cantaban con furor “El valsecito de Don Serafín” o “Celoso y desubicado” (con todo y su verso “y perdón si soy cabrón o te meto en algún lío”), me arrancaron cientos de sonrisas, y algo de vergüenza, debo aceptarlo, por no saber de memoria las letras de las canciones. ¡Ups!
Paté de Fuá es una banda que a pesar de saberse buenos músicos (no creo en la modestia musical) todavía conserva la sencillez de principiantes y el interés verdadero por la música y no por el negocio que supone la industria.
En el escenario, el público notamos que Gabriel Perata, Rodrigo Barbosa, Yayo González, “Luri” Molina, Víctor Madariaga y Alexis Ruiz todavía disfrutan intensamente lo que hacen.
Son dos los ánimos que imperan en Paté de Fuá a la hora de tocar: uno, la fiesta, la intensidad, la pasión y la locura encarnados por Yayo, Rodrigo y “Luri”, quienes no cesan de bailar, hacer gestos, lanzar uno que otro grito a mitad de las canciones y enloquecer con su instrumento; y el otro, la tranquilidad e impasibilidad de Alexis, Víctor y Gabriel, que cual estatuas esbozan de vez en cuando una sonrisa, sin perder en ningún momento la maestría en la ejecución de sus instrumentos.
Paté de Fuá deleitó al público con temas de Música moderna y El tren de la alegría, sus dos producciones de estudio.
Con cariño recuerdo los versos de “El supermercado”, canción que tiene un efecto extrañísimo en mí, tal vez por eso que canta Yayo:

Yo te quise de tantas maneras,
Yo te quise, de veras tal vez sin saber,
Que el tiempo es vendaval que arrastra todo,
Vaya uno a saber qué modo,
Que quererte estaba bien,
Hoy me siento y vivo con la desesperanza,
Y el dinero como siempre que no alcanza,
El absurdo final de nuestra historia,
Evento y desquicio de toda memoria,
Nada nada entre nosotros ha quedado
Sólo un gran supermercado y este amor
Sí para qué…


“Yayo eres un poeta”, se escuchó un grito entre el público emocionado. Y sí, me parece que González algo tiene de poeta.
No todo fue nostalgia en el concierto de los Patés. Canciones como “El tren de la alegría”, “Nato a barazra” y “Amparito” encendieron los ánimos del público, quienes sin dudarlo se aprestaron a formar un cadencioso tren, invitando a todos los presentes a unirse y a bailar. Preferí abstenerme. La verdad no quería perder el lugar que tanto había esperado, y mejor observé.
También se formaron círculos donde el levantamiento de piernas y los pisotones estuvieron a la orden de la noche.
Paté de Fuá puede ser lágrimas y risas, jazz y tango, México y Argentina, combinaciones sumamente exitosas (y necesarias) en un ambiente musical en el que prima el pop producido y vacío y el rock posudo.
Las canciones más solicitadas por el público fueron “La canción del Linyera” (sorprendente cómo todos los presentes entonaban el coro); “La colegiala” y “Muñeca”, tema en el cual las jovencitas se derretían con la voz de Yayo González, al quien apodaron “El muñeco”, (¡cómo gritaban!).
Muy al pesar de los escuchas, la noche tuvo que terminar. “Suena la viola, suena el violín, suena la orquesta de Don Serafín”. Ni modo. Todos queríamos que siguiera la viola, que siguiera el violín, que siguiera la orquesta de Don Serafín…

lunes, 26 de octubre de 2009

Entrevista, Andrea Balency


Con expectativa esperé los actos que Andrea Balency Trío y los Camiches tenían preparados para esa noche en el Bataclán. Me pareció extraño que ese lugar diera cabida a estos grupos, pero como ya se ha visto, la ocupación de espacios alternos como foros puede ser una buena opción. Este sitio es reducido de espacio pero cuenta con lo indispensable para poder disfrutar de un concierto íntimo. Después de varios minutos de espera y realizados los últimos ajustes de sonido comenzó la presentación del trío abridor de Au Revoir Simone en el Lunario. Al igual que esa noche la gente no dejó de prestar atención a la música tocada por Andrea, Miguel y Jerson quienes recibieron gritos y aplausos -incluidos los míos- del pequeño grupo de espectadores reunidos en el salón. Concluida su actuación dieron paso a Ram y Jorge, (Camiches) que se llevaron una muy buena repuesta por parte de la asistencia debido a su poderoso acto, pero esa es otra historia y deberá ser contada después.
Al finalizar el performance de estas dos bandas tuve la oportunidad de entrevistar a Andrea Balency, quien aclaró varias de mis dudas. Nació en París y desde los cinco años empezó a tocar el piano, residió en Argentina y fue ahí donde conoció al músico y compositor Lisandro Aristimuño quien influyó en su sonido y al que considera un gran amigo. Al preguntarle por qué se decidió por la música me contestó que fue una “evolución lineal”, que realmente no tuvo la oportunidad de racionalizar muy bien dicha decisión y que al voltear atrás se encontraba inmersa en el mundo de los pentagramas. Agradeció el invaluable apoyo de su madre, quien la incitó a seguir componiendo en momentos en los que Andrea se encontraba insegura, y con una expresión vehemente refrendó un agradecimiento más a la música clásica, a la que describe como colmada de emociones y como gran fuente de inspiración.
Le mencioné que al averiguar de ella en la red encontré un video con una coreografía musicalizada con su nombre y pregunté si se trataba de su trabajo, al afirmarlo mencionó un proyecto conformado por imágenes y música. La evocación de dichas imágenes se convierte en una bella y delicada improvisación que da forma a un espectáculo conjunto.
Durante su presentación hizo una pausa para aclarar que algunos temas interpretados estaban basados en, José y sus hermanos, una tetralogía bíblica de Thomas Mann. Recordando esa alusión decidí interrogarle acerca de la entrañable relación musical/literaria, la cual le resulta siempre fructífera, complementaria y necesaria en el proceso creativo. También mencionó la obra de Proust y la filosofía del siglo XX como otro germen de ideas.
Andrea encuentra en el arte honesto una verdad, un escape, y un mensaje para cambiar las cosas que halla negativas en la sociedad. Exhorta a seguir las pasiones y a trabajar duro para conseguir resultados; habla del amor y la otredad, imperantes para entendernos a nosotros mismos y a los demás.
Su música es reflejo de lo que dice, directa y alejada de muchos artificios. Verla arriba de un escenario siempre resulta una bella experiencia digna de compartir. Así les adelanto que en enero saldrá a la venta su EP formado por cinco tracks, titulado Mizraím, del cual estoy seguro, se desprenderán más palabras.

Reseña, Russian Red

Con motivo del séptimo aniversario del Centro Cultural de España el pasado 22 de octubre se abrió un auditorio con capacidad para más de doscientas personas que resguardó las presentaciones de la madrileña Lourdes Hernández, mejor conocida como Russian Red y de la banda mexicana Suave As Hell.
Horas antes de la presentación ya había gente formada para entrar al edificio. Muchos de los asistentes contaban con un boleto que se repartió antes del concierto aunque la organización indicó que el acto era gratis, esto ocasionó incertidumbre en quienes no teníamos pase, aún así decidimos esperar para ver si podíamos entrar. Al llegar a las puertas del recinto los que tenían el mencionado boleto y los que no, pudimos pasar al nuevo auditorio para presenciar el performance de estos músicos.
Los tapatíos de Suave As Hell que ya antes habían tocado en la terraza del mismo lugar, fueron los encargados de inaugurar el calendario de conciertos que se llevarán a cabo en este foro. Al comenzar los primeros acordes noté que esta banda ya cuenta con un considerable número de seguidores. Hubo quienes coreaban algunas de sus canciones, así como otros que sólo movíamos los pies o la cabeza al ritmo de su pegajoso pop psicodélico. Cabe resaltar que interpretaron algunos temas nuevos que formarán parte del disco en el cual siguen trabajando.
Después de esperar un poco más, las luces se atenuaron y subió la protagonista de la noche acompañada por otro músico. Su voz dulce y el sonido de su guitarra llenaron el lugar de un ambiente apacible; el silencio se hizo presente mientras cantaba e incluso agradeció a la asistencia la actitud respetuosa que se mostró durante su acto.
La mayoría de los temas que fueron ejecutados forman parte de su exitoso disco, I Love Your Glasses (2008), que ha recibido distintas nominaciones y el galardón a mejor álbum debut concedido por los premios Pop Eye de la Música y la Creación Independiente.
Lourdes prefiere cantar en inglés, ya que ha confesado serle más sencilla la composición en dicho idioma y debido a que está acostumbrada a escuchar música en esa lengua. Sin embargo, su pronunciación es fluida y puede entenderse bien. Temas como: “They Don’t Belive”, “No Past Land” o “Nice Thick Feathers” se hicieron presentes llevándose los aplausos de los espectadores, aunque “Cigarettes” fue una de las más ovacionadas junto con, “Im Looking Through You”, cover de The Beatles, dedicado a algunos de sus familiares presentes en el auditorio y que residen en México, y una sosegada versión de “Girls Just Wanna Have Fun” de Cyndi Lauper.
También interpretó una canción sin que su voz fuese amplificada, demostrando que tiene talento para sonar bien sin asistencia técnica. Acompañada casi todo el tiempo por su guitarra, hizo uso de otros instrumentos como el xilófono y el ukulele, que su acompañante también tocaría además de la armónica y el clavicordio. Al terminar, muchos de los presentes decidimos subir a la terraza para seguir escuchando un poco de música, bailar y beber algo, pero el sentimiento que dejó esta artista no se borrará con una o muchas noches de fiesta. Sus canciones, su voz y su forma de tocar tienen la capacidad de arraigarse en la memoria produciendo hermosas emociones que quedarán a nuestra merced cada que se quiera evocarlas.