miércoles, 25 de noviembre de 2009

Reseña, Röyksopp Vive Cuervo Salón (Hongo de euforia)





Algunos esperábamos su visita desde el lanzamiento del primer álbum, pensabamos que Sonofilia 2009 lo haría posible pero fue la capital la que los recibió con una excelente entrada. Tal vez éste sea uno de los textos más complicados de escribir, ya que soy fiel seguidor de su música. Aún así trataré de transmitir lo que vi antes, durante y después de su presentación.
Faltando diez minutos para las nueve de la noche llegué al Vive Cuervo Salón (odio ese decirle así, me gustaba más el entrañable nombre de Salón 21) y pude notar que ya habían muchas personas esperando entrar o preguntando por el risible precio de la reventa que iba de los 2 mil a los 3 mil pesos. Mi nombre estaba apuntado en una lista de invitados y/o ganadores de entradas para el concierto. Logré pasar sin complicaciones y pensé en mi fortuna al haberme ganado los últimos boletos que dieron en Ibero 90.9
Ya dentro del salón algunas personas estaban decididas a obtener un buen lugar para ver el espectáculo, se dirigían a la pista para adentrarse lo más posible y así conseguir el sitio adecuado; otros nos encontrábamos dispersos en los alrededores viendo las playeras o comprando una cerveza para calentar motores. Después de los DJ’s las luces se apagaron y Tobjorn Brundtland y Svein Berge aparecieron en el escenario. “Röyksopp Forever” fue la primera melodía, abrieron con algo tranquilo para dar paso a “This Must Be It”, que explotó la emoción de muchos asistentes que brincaban, bailaban y coreaban junto con Anneli Drecker, actriz paisana del dueto y vocalista del grupo Bel Canto.
Siguió “Remind Me” (Someone Else’s Radio Remix) que se encuentra en el single de la misma canción, una versión más movida que la original, dejando ver que la música que tocarían llevaría esta tónica bailable. “Happy Up Here” llenó de alegría a todos, incluidos quienes recién conocen a este dueto, ya que fue el primer track del disco Junior que sonó en la radio. Así continuaron con temas pertenecientes al álbum antes mencionado, la ansiosa “Tricky Tricky”, la calmada “You Don´t A Clue”, donde la teatralidad de Anneli fue evidente; cada verso cantado también fue actuado. Dando paso a la imperiosa ejecución de “Alpha Male”, una de mis favoritas del álbum The Understanding.
Svein se convirtió en un robot rojo que tocó y cantó al lado de Drecker, “The Girl And The Robot”, fue de las más aclamadas. Retrocedieron en el tiempo y llegó el turno de “Eple”, la nostalgia afloró, los rostros se iluminaron y los gritos al unísono se transformaron en saltos frenéticos que dejaron sin aire los pulmones de más de uno. Concluida esta canción los ánimos se calmaron y los músicos hicieron gala de la habilidad –de la que antes ya había hablado- de manipular nuestro sentir. Una versión de “What Else Is There” más tranquila y ambiental que la original fue prueba de ello.
No sólo las caras de la asistencia expresaban felicidad, también las que estaban arriba del escenario. En varias ocasiones Brundtland y Berge se mostraron emocionados, el “calor escandinavo” se hizo sentir en repetidas ocasiones ya fuera porque Tobjorn gritara “chingón” y agradeciera en español o porque Svein bajara a cantar y bailar con los afortunados cercanos a la valla de seguridad.
Las canciones siguieron y “Only This Moment” fue la última antes del primer encore. La sorpresa de la noche llegó, Svein Berge preguntó si reconocíamos lo que tocó en los drumpads. Sonaba a hip hop, dijo que irían al inicio y pronto nos dejamos llevar por el primer track del álbum debut de este dueto, “So Easy” causó sorpresa y fue coreada con gusto por la audiencia. Durante la pausa escuché clamores, algunos insistían gritando “otra, otra”, varios más vitoreaban “Röyksopp” y hubo quienes gritamos “Poor Leno”, ¡deseo concedido! La euforia nos invadió y me entregué al oscilar de la masa, grité como en pocos conciertos y levanté los puños en señal de agradecimiento. Aún siento esa emoción al momento de escribirlo…
De nuevo calma, un respiro después del implacable baile que ocasionó la petición. El segundo encore trajo “Fat Burner”, que conserva una estructura parecida a “Alpha Male”, de hecho comenzó con una secuencia lenta que fue aumentando de velocidad para hacernos mover los pies casi por inercia, el mismo efecto que causó la canción antes mencionada.
Lanzada la última bomba el “hongo de humo” se despidió aventando algo de la parafernalia que usaron durante el show. Cesó la música y la gente se veía feliz y cansada, se escuchaban palabras y frases como, "increíble", "me encantó", "se pasaron de ¡$••”%", mismas que tal vez sean insuficientes y que usaré para describir uno de mis mejores conciertos del año. Espero que el complemento y antónimo de Junior tenga gira y visite México.


2 comentarios: